Oreneta

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Desde estas líneas, me permito pedirte un favor, cría siempre animales puros, nunca hagas o intentes realizar cruces entre diferentes especies o variedades silvestres.

Cuando compres aves, asegúrate que están criadas en cautividad, que no procedan de tráfico ilegal, son bonitas en las jaulas pero lo son más en libertad.

Tortola Común- Streptopelia turtur
Paloma Oliva- Columba arquatrix

    TórtolaComún
Streptopelia turtur
        Me gustaría saber qué criador de silvestres no ha tenido una envidia sana, cuando, al hablar por el móvil con otro aficionado, te llega por el teléfono una algarabía de sonidos y melodías, que intuimos son propiedad de las aves de nuestro interlocutor, pues bien, la tórtola común (Streptopelia turtur), es probablemente una de esas. Vamos a llamarle músicas, que hacen que el tiempo pasado en nuestras jaulas y aviarios, sea aún más ameno si cabe. Para mí y también muchos aficionados así me lo han comentado, el dulce arrullo de la tórtola común, es, con toda seguridad, uno de los más bonitos tonos que podemos escuchar en nuestros campos y bosques.
Pero, no tan solo es el canto, lo que hace a ésta tórtola una de las preferidas por los aficionados. Su plumaje, sin ser espectacular, es a mí juicio, uno de los más bonitos. No voy a detallarte toda su gama de colores, una imagen vale más que mil palabras y seguro que las fotografías se expresaran muchísimo mejor. Sólo decir que en su muda juvenil, aún no aparece en el centro de las plumas del ala el color negro, que aproximadamente tardará unos cinco meses; también a esta edad, ya casi podemos diferenciar el macho de la hembra. Para saber si tenemos un macho o una hembra, hemos de fijarnos principalmente en su cabeza y cuello, el macho tiene la cabeza de color gris en su totalidad y la hembra tiene plumas marrones mezcladas; referente al cuello y principalmente la nuca, en el macho es casi toda gris y en la hembra de color marrón. También podemos fijarnos en el pecho donde el macho tiene un rosa más intenso, además que éste suele ser un poco más corpulento. Hay que tener presente que, si bien en algunos ejemplares la diferencia  cromática es acentuada, en otros nos planteará serias dudas a la hora de decidirnos por su sexo; también el canto del que hablábamos antes nos puede ayudar. Hasta donde yo sé, sólo el macho es el que nos obsequia con un monótono pero personal ronroneo, turrrr-turr-turr, la hembra en algunas ocasiones, principalmente si está incubando, responde con un turrr más flojo.
Hecha la presentación vamos  con algunos datos técnicos y sus costumbres.
Orden      Columbiformes
Familia    Columbidae
Genero    Streptopelia
Especie     Streptopelia turtur
Existen varias subespecies:
En la Península Ibérica esta la Streptopelia turtur turtur y en las Islas Baleares encontramos la Streptopelia turtur arenícola.
Nuestra tórtola es un ave estival en toda la Península Ibérica, se le puede encontrar desde el nivel del mar hasta los 1000m., pero a partir de los 600m. su presencia disminuye gradualmente. Es más abundante en zonas donde se alternan campos de cultivo y bosques, sin embargo, exceptuando la alta montaña, las playas y áreas muy urbanizadas, se la ha localizado en ambientes muy diversos. No es una especie en peligro, pero su número se ve reducido año tras año, la destrucción de su hábitat, un abuso de herbicidas y la caza masiva, son sus principales amenazas. En nuestras latitudes llega a mediados de Abril y se va a finales de Setiembre, durante estos meses y nada más llegar, nuestra protagonista va a aprovechar todo el tiempo para criar. Lo hará dos o tres veces por temporada. En los primeros días de Mayo ya podemos ver su cortejo nupcial, en presencia de la hembra el macho deja oír su voz inconfundible y  con el plumaje esponjado, efectúa una serie de reverencias, tras las cuales, levantará el vuelo repentinamente en vertical para dejarse caer planeando suavemente dando vueltas sobre sí mismo. Este brusco despegue en vertical, nos va a ocasionar problemas en nuestras jaulas si no están cubiertas totalmente en su parte superior, pues las jóvenes tórtolas van a chocar una y otra vez con el alambre hasta producirse serias lesiones en la parte frontal de la cabeza; para evitar esto tendremos que poner una malla de sombreado en el techo.
Para tener una información más plural sobre su cría he enviado e-mails a amigos y conocidos, y así saber opiniones de más aficionados. No son muchos los que han contestado pero creo que suficientes para que sean lo más variadas posibles. Hay un dato que me ha sorprendido por encima de los demás:   ninguno de los aficionados y también este es mi caso, me ha hablado de enfermedades ni de medicaciones. Seguro que la Tórtola común debe de enfermar, mas no parece ser esto muy usual, de todas formas tratamientos preventivos contra parásitos y coccidios seguro que ayudan. No hace mucho leí que un criador también vacunaba sus tórtolas de paramixovirosis, aquí vamos a dejar libertad de acción para que cada cual haga lo que crea más conveniente, pero si no se han tenido problemas, creo mejor no medicar. Debo de añadir que uno de los criadores si reconoce haber tenido problemas pero fue en sus inicios con tórtolas salvajes  heridas, un dato más para preferir las nacidas y criadas en cautividad.
A veces el éxito en la cría de una determinada especie no está en saber sus secretos, basta con hacer lo que es obvio: le daremos comida, un espacio agradable y mucha tranquilidad.
La “Streptopelia turtur” no es una tórtola que precise de grandes cuidados, al contrario, su cría en cautividad, si contamos con una “buena pareja”, es relativamente sencilla. En cautividad se da el caso de que muchas veces estando incubando o criando los pichones, ya sea el macho o la hembra, sienten la necesidad de hacer otra cría y eso afecta la anterior pues los huevos o los pollos o se dejan de incubar o de cebar y muchas veces son echados fuera del nido. Para mí, una “buena pareja” es, entre otras cosas, aquella que lleva la pauta de la puesta-incubación-cría, perfectamente. 
Pero vayamos por partes: ¿Te gusta la tórtola común?, ¿Quieres tener una pareja? Si las dos respuestas son afirmativas, lo primero que debes saber y es Claudio quien me lo recuerda,  que en España la “Streptopelia turtur”, al ser una especie que podemos encontrar en estado salvaje, necesitaremos unos permisos especiales para tenerla  cautiva. También es muy importante que la pareja que instalemos en nuestras jaulas sea nacida y criada en cautividad, igualmente necesario es que esté debidamente anillada, en nuestro caso la anilla será del nº6; no solo conseguiremos unos resultados de cría mejores sino que así también ayudaremos a conservar esta especie en estado silvestre. Antes de adquirir nuestra pareja, lo primero será construirle un buen aviario, si bien se han obtenido buenos resultados de cría en espacios pequeños, aquí aconsejamos que la jaula, dependiendo de nuestras posibilidades, cuanto más grande mejor; el suelo preferiblemente que sea de arena y el techo que esté parcialmente cubierto, pues a las tórtolas ocasionalmente les gusta mojarse con el agua de lluvia. Una vez terminada la jaula, vamos a plantar algo de verde, no mucho, y a ponerle varios nidos en diferentes sitos para que ellas escojan, un recipiente con agua limpia y un comedero. La comida consistirá en una mixtura lo más variada posible de diferentes semillas, que deberemos dejar que se terminen para que no cojan solo las que más les gusten, si una clase de grano vemos que siempre se queda, deberemos reducir su porcentaje en la mezcla final;  también le podemos añadir algún granulado de pienso para pollos, a ellas les gustará. En libertad también comen brotes tiernos y pequeños caracoles, hecho todo lo dicho, ahora ya podemos soltar las tórtolas y a disfrutar de ellas.
Antes comentábamos que la cría con Tórtola común no presenta muchos problemas y es verdad, no obstante en los primeros días en su nueva jaula y también de jóvenes, algunas aves pueden ser bastante asustadizas. Los golpes que se dan, podrían llegar a ser mortales. Tengamos pues un poco de paciencia con ellas al principio, colgar alguna red para que no cojan tanta velocidad puede ayudar. Conviven muy bien con otras especies de tórtolas o palomas silvestres, pero debemos limitarnos a tener una sola pareja de común por jaula, en temporada de cría, las peleas serian inevitables; durante el primer año las jóvenes crías son toleradas sin ningún problema.
Ya tenemos la joven pareja dentro de la jaula, que podrían compartir, por ejemplo, con una pareja de esmeralda (Chalcophaps indica) y otra del Perú (Columbina cruziana). El tener compañía puede ayudar a que se tranquilicen antes, los primeros días puede que se molesten un poco unas a otras, pero pronto, cada cual ocupará su espacio dentro de la pajarera. Aquí vamos a añadir el comentario de Jordi, él nos cuenta que su pareja de común atosigó tanto a una Talpacoti que al final murió; pero éstas a su vez sufrieron el acoso de una pareja de Crestadas las cuales mataron al macho de Común y a su nidada. A Jordi le gustaría que las tórtolas en general fueran más dóciles y no es el único, también Antoni, un criador de palomas, me comentaba que por esa razón él prefiere las palomas. Estos ejemplos no son la norma, pero tampoco la excepción, si se dispone de varias jaulas se trata de ir probando quien se lleva bien con quien, el mal carácter es más propio de una determinada ave que de la raza en sí. Una vez se decidan por uno de los nidos que hemos puesto repartidos por la jaula, a los que previamente habremos rellenado, por ejemplo, con hojas de pino, también podemos esparcir unas ramitas por el suelo. Van a hacer una puesta de dos huevos blancos, de los que nacerán los pichones pasados unos 14 días, estos son incubados y cebados por los dos padres y a los 18 días  aproximadamente, abandonaran el nido y pronto volaran perfectamente y así, sin muchos problemas, habremos conseguido ver nuestra primera cría de Tórtola Común. Algunos criadores me dicen que en las primeras crías, optaban por nodrizas, pero pronto se dieron cuenta que no hacía falta, las parejas de  Streptopelia turtur son muy buenos padres.
      Muchos de los que ya tenemos una edad, si nos preguntaran el por qué nos gusta la Tórtola común, la respuesta sin dudarlo seria, “nos trae recuerdos de nuestra niñez”. Ésta es también la respuesta más común que he recibido al preguntar a los aficionados, para luego extenderse contándome cada uno su pequeña experiencia, que recordaban perfectamente, señal inequívoca de que fue un momento vivido muy excepcional; eran tórtolas que cogíamos del campo, la mayoría se justifican alegando la falta de juguetes y el entretenerse con los animales del bosque era una manera de jugar, así entenderemos esa afición hacia a su canto. Había que escucharlo atentamente y sin hacer ruido, pues él nos llevaba hasta ellas y sus nidos, los pichones que capturábamos, al ser aún pequeños, teníamos que alimentarlos nosotros mismos. Juan, me cuenta que después de días de mantenerles, luego su padre se las comía y a él le daba mucha rabia, por ese motivo nunca ha matado un pájaro. Lorenzo recuerda que les recortaba las plumas de las alas y se volvían muy mansas, también tiene presente los problemas con el gato para que no se las comiera. José Manuel explica que él nuca las tubo, pero sí su padre y que eran sus favoritas; se da el caso que siempre que tuvo que poner cualquier tipo de tórtola a una paloma nodriza, cuando empezaban a emplumar, todas se morían con el buche lleno. Él cree que algún tipo de bacteria o virus de las palomas domesticas afectaría las salvajes, su padre lo solucionaba utilizando solo tórtolas como nodrizas. A José Luís, como no, el cariño por la tórtola común le viene de niño y tal como decíamos, aconseja para criar, tórtolas nacidas en cautividad; también le gustaría que los cazadores respetaran un poco mas nuestra bonita tórtola y no realizaran cacerías masivas de ellas. Aprovecho el deseo de José Luis para solidarizarme con él y pedir a todos sin excepción el máximo respeto por nuestros campos, bosques y los animales que en ellos viven.

Para llegar a ser un buen criador de silvestres, lo primero que debemos aprender es a amar y respetar nuestro entorno, hecho así, lo demás es fácil. 

 Paloma Oliva
 Columba arquatrix
     Al ver por primera vez la paloma oliva (Columba arquatrix), las impresiones que nos vamos a llevar, nos seguirán toda la vida,  su porte elegante, será una de ellas, también su tranquilidad y la buena convivencia con las demás tórtolas, si el aviario es suficientemente grande se puede tener varias parejas juntas de la misma especie, es pues una paloma perfecta para tener en nuestras jaulas, 
    La primavera del año  2012, llego a mis aviarios la primera pareja de paloma oliva (Columba arquatrix) y tengo que reconocer que de una manera un tanto inesperada.  
   La paloma oliva es una de esas tórtolas que a todos gustan y que quisiéramos tener en nuestras jaulas, su presencia impone es elegante, majestuosa, pero por lo menos en mi caso el precio es una barrera importante.

   Así pues un día del mes de Marzo me llamo un amigo para decirme que si quería una pareja de Columba arquatrix y otra de Treron walia, mi respuesta fue afirmativa por supuesto, pero le hice notar el problema económico,  por eso no te preocupes, yo te las envío y en otoño tú me das otras que consigas criar a cambio, me lo pensé un poco, pero no mucho, de acuerdo fue mi respuesta, así pues un día de abril fui a MRW a recoger la pareja de oliva la de treron al final no me la envió y me fui rápido para casa, nada mas llegar solté la pareja en la jaula que les tenía preparada y que compartirían con una pareja del Senegal i otra de auriculada, era la primera vez que veía una al natural y tengo que decir que me dejo con la boca abierta, grande, vistosa, la combinación del color negro dominante con el amarillo de los ojos, patas y pico me gusto mucho y unas alas enormes que movían con potencia y mucha elegancia, se posaron en el palo y allí se quedaron ellas me miraban a mí y yo a ellas y así estuvimos un buen rato hasta que ellas se cansaron, y se dedicaron a explorar su nuevo entorno, porque lo que es yo me hubiera estado toda la mañana, se veían bien, con salud, con el plumaje perfecto y no parecían nada asustadas, las deje convencido que me darían muchas alegrías y me fui a continuar con mi trabajo, agradeciendo en el fondo el favor que me hacia mi amigo.

Así pasamos un año en el que cada día dedicaba un momento para contemplar estas palomas negras y elegantes, ellas se adaptaron muy rápido a su nueva jaula, no tuve ningún problema y siempre estaban las dos juntas, en el palo, o en el suelo, ya sea para beber o para comer, de comer les puse en un comedero abierto una mezcla de semillas y pellets de pienso de pollo, el agua en una terrina grande, cada día que pasaba veía como el plumaje adoptaba un brillo y un centelleo muy bonitos  especialmente el macho al que la cabeza se le volvía gris.
   Llego la próxima primavera y con ella las ganas de aparearse del macho, a todas horas se podía oír su canto, son negras y su tono parece el de un fantasma, un Huuuuuuu vibrante, la hembra por su parte aun no estaba preparada y tenía que cambiar de palo constantemente para alejarse de su ardoroso compañero. Un domingo mientras enseñaba mis aves a un amigo, este se dio cuenta de que la hembra avía quedado aprisionada entre la pared y un cajón que tenia para que se escondieran las hembras de faisán, aunque no llevaría mucho tiempo allí, estaba medio asfixiada y a las dos horas estaba muerta, con la muerte de la hembra note que ahora nadie se comía el pienso de pollo.
  Creía que en el mes de abril no encontraría una hembra adulta, tuve suerte y la encontré y también una hembra de corensis que me faltaba, las dos llegaron a mediados de mayo y la oliva con muy buenas referencias, unos días antes, estando sola en la jaula del criador le puso un huevo, sin duda alguna un buen augurio.
   Al principio la deje sola en la jaula pues el macho seguía muy encelado y temía por ella, pasado un mes y con la hembra ya adaptada a su nuevo entorno, solté dentro al macho, nada mas entrar empezó con el cortejo y se ve que a la hembra le gusto,  se dejo querer y fluyo el amor y también a los pocos días un gran huevo blanco, que incubaron por riguroso turno durante 18 días, una tarde vi las cascaras en el suelo, en este momento se realizaba el cambio de turno en la incubación, salía el macho y entraba la hembra, mas esta no lo veía claro, sin duda el pichón nació mientras incubaba el macho, ella estaba en el palo y alargaba el cuello en dirección al nido, mientras movía la cabeza, parecía como si dijera, “yo cuando salí, aquí avía una cosa blanca y ahora esta eso amarillo y negro que se mueve, aquí no me meto”, yo me fui a terminar con el trabajo confiando que al final entraría, pero no lo hizo y aunque estábamos a finales de junio, el pequeño a la mañana siguiente estaba casi muerto.

   Ella lo compenso a las dos semanas, con un nuevo huevo, que también estaba fecundado, que eclosiono a los 20 días, y esta vez la hembra ya experimentada, realizo el cambio de turno con normalidad, el pichón es un bonito macho que tengo emparejado con una hembra que cambie por otras tórtolas, ella también se adapto muy bien a mis jaulas y acepto con agrado su compañero aun joven e inexperto, así en apariencia tengo dos parejas no emparentadas, la hembra que es adulta ya a puesto varios huevos que incuba ella sola durante unos días, por supuesto no están fecundados, será para el próximo año. 
    La primera pareja pasado el invierno reanudaron sus amores y llego el primer huevo de la temporada, que no estaba fecundado y se lo quite, luego llego otro, este tampoco estaba fértil y al ir a quitarlo vi que estaban dos en el nido, uno estaba sucio y el otro completamente blanco, quite el sucio que seguramente era el más viejo, mas los padres notaron algo y no siguieron incubando el huevo, esta vez yo estaba prevenido y al atardecer les quite el huevo que coloque en una reidora. Mientras tanto a los cinco días la hembra volvió a poner un huevo, tanto el de la reidora como el de los padres estaban fecundados y nacieron con tres días de diferencia primero el de la nodriza. Los padres a los pocos días de nacer ya dejan solas a las crías durante mucho rato, con el riesgo de hipotermia si las temperaturas son bajas.
  Ahora los dos ya comen solos, pero el criado por los padres creció mucho mejor que el criado por la nodriza, este hasta que no lo vi comer por su cuenta, no quede tranquilo.
   Ya llevo tres pichones criados y de momento sin muchos problemas, esperemos que en el futuro las cosas sigan igual de bien.


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